domingo, 20 de noviembre de 2011

Viaje al sudeste asiático...

    Hace unas semanas tuve la oportunidad de viajar una semana a Singapur.Era la primera vez que iba al continente asiático, y me sorprendió. 


    Singapur es una isla y ciudad - estado  situado en la península de Malasia. Es el país más pequeño de Asia, el segundo con mayor densidad y el cuarto centro financiero en el mundo. 



      La gran diversidad de culturas que conviven en armonía se concentran en este pequeño territorio. Templos malayos, hindúes, budistas y cristianos que hacen dotar a Singapur de esa búsqueda por la tolerancia de todas las religiones. Estas etnias formaron sus propios barrios, que hacen un gran contraste con la ciudad de los rascacielos, algo chocante pero al mismo tiempo sorprendente. 




Estos barrios tradicionales hacen un gran contraste con los centros financieros y comerciales que inundan casi toda la ciudad. Conocido como el paraíso de las compras, no tiene nada que envidiarle a Miami. Uno detrás de otro con una estética y tiendas magníficas, unos túneles a nivel del metro que permiten conectar los malls con los centros comerciales para evitar las lluvias y calor constantes del tiempo, al ser un clima tropical. 




Todas las tiendas, bares y restaurantes tienen un diseño particular. No importa si es una gran firma o un local de comida rápida, en la mayoría se aprecia una búsqueda por una estética que haga lugares atractivos a las personas. Eso sí, todos estos espacios cuentan con un interiorismo moderno con reminisencias de la cultura asiática. Creo que esto es lo que proporciona a esta ciudad de una encanto único: un acercamiento al gusto occidental sin olvidar sus raíces. 


Como hotel tengo que destacar el Marina Bay Sands, construido como un barco sobre tres bancos de arena. Las 20 hectáreas del complejo fueron diseñadas por Moshe Safdie Arquitectos. Safdie también diseñó una ruta artística dentro del complejo, incorporando siete instalaciones de cinco artistas cuyas piezas incluyen efectos ambientales de luz, agua y viento, integrando el arte con la arquitectura. Lo mejor de todo es la infinity pool que tiene el skypark del hotel, puedes tomar el sol mientras ves toda la ciudad!




El museo de Arte y Ciencia se construyó junto a los tres bloques y tiene forma de una flor de loto. Su techo es retráctil, proporcionando una cascada a través del techo del agua de lluvia recogida cuando esté cerrado por el día y con juegos de luces láser cuando se abra por la noche. De nuevo, una estructura vanguardista con influencias de la flora asíatica, como es la flor de loto. 



Por último, no quiero olvidar comentar la simpatía y amabilidad de sus habitantes, que hacían de sus servicios un verdadero placer y disfrutarlos al máximo. 





sábado, 8 de octubre de 2011

Philippe Starck: “es vital saber ser diferente"


Es curiosa la gran admiración que tienen muchas personas por polifacético artista francés, Philippe Starck. Muchos desearían que diseñara sus casas, hoteles, discotecas o restaurantes. Sin embargo, muy pocos saben de dónde viene dicha admiración, qué  es lo que lo hace un genio y por qué es el diseñador contemporáneo más famoso de las últimas décadas.
Así que, quisiera decir unas breves palabras para explicar por qué a mí me parece un verdadero artista:

Una célebre frase que leí en una de sus entrevistas dice: “el diseño lo es todo”. Sí, el diseño está en todas partes, nos rodea, nos persigue y no deja descansar nuestro ojo en ningún momento. Pasamos la mayor parte de nuestro tiempo contemplando objetos o lugares previamente estudiados en búsqueda de la belleza o funcionalidad posibles. A veces, no nos damos cuenta, que desde un cepillo de dientes hasta una silla, tienen una estética y propósito muy bien conseguidos. Starck busca el alcance del diseño a todos, y un intento constante por hacer objetos más humanizados y prácticos para la vida diaria. De esta forma, este artista llego a la conclusión de que el diseño lo es “todo”.






Hay que reinventarse, cuestionar lo que nos rodea. No hace faltar buscar algo nuevo, si no estudiar lo que ya tenemos para ver cómo mejorarlo. Evitar llegar al minimalismo absoluto, si no,  reinterpretar lo que ya existe para hacer nuestras vidas con más encanto.
Supongo que estas y muchas otras preguntas se hará el artista continuamente. Hay que buscar nuevas ideas, cuestionarse las existentes y hacerlas realidad para un futuro. Todos buscamos la belleza, cada uno a su manera, siempre persiguiendo un mismo fin común.
Gracias Philippe Starck, por hacerme mirar el mundo con otros ojos. Por lo menos, intentar diseñarlo de nuevo.



martes, 12 de julio de 2011

Cornelis Zitman, la década del diseño venezolano en los años 50.

Cornelis Zitman es de esos seres afortunados que crean con las manos. Nació en Holanda en 1926. A los 21 años decide abandonar el servicio militar y se traslada a Venezuela. Hoy tiene 80 años y un reconocimiento como maestro de la escultura que desconoce fronteras. Pero durante mucho tiempo, este artista de corazón y formación, se dedicó a la creación de piezas más funcionales: al diseño de muebles.
El artista profundizó su búsqueda por un mobiliario más cómodo y funcional para las viviendas y oficinas. Sus líneas recuerdan una clara influencia de Eames y Le Corbusier, que revolucionaron el diseño del momento: líneas rectas, figuras geométricos y modelos anatómicos, además de tonos clásicos con algunos colores fuertes que rompen el monocromatismo.



            De esta forma, se demuestra como un artista europeo pudo desarrollar en un país latinoamericano piezas atemporales y cotizadas a nivel mundial. A través de materiales autóctonos como la madera, supo darle formas que originaron muebles de una gran belleza sin pretensiones.





lunes, 4 de julio de 2011

El modernismo tropical

Un arquitecto italiano en Venezuela


“…Esta es mi profecía…Aquí en la felicidad del trópico, la arquitectura moderna florecerá bajo perfectas condiciones para ello. En otros lugares la arquitectura es un complicado refugio, una guarida sobre el terreno; aquí la arquitectura es un ala bajo la cual vivir en un Paraíso Terrenal"
            
El año pasado tuve la suerte de conocer junto a unos amigos arquitectos esta vivienda en Caracas. Nos hicieron un recorrido por la mayoría de las estancias. Una experiencia maravillosa en la que nos hizo trasladarnos a la sociedad venezolana de los años 50.

     Justo meses antes me leí la novela de Boris Izaguirre Villa Diamante, basada en esta casa. Su protagonista, Ana Elisa sueña con perdurar en el tiempo a través de una casa que la haga eterna. Deberá convencer a un arquitecto del otro lado del océano para convertirla en símbolo de un amor empeñado en subsistir a pesar de la vileza y del miedo. Entre todos los grandiosos y humanos personajes de esta crónica dramática, se erige Villa Diamante, el monumento misterioso e impenetrable; el símbolo de una vida.
El arquitecto italiano Gio Ponti diseñó la Villa Planchart, una casa particular construida en las colinas de Caracas durante los cincuenta. Su vivienda es, sin duda, una cuidadosa relación entre arquitectura y paisaje, totalmente adaptada al terreno y con maravillosas vistas a la ciudad.
Ponti desarrolló todas las necesidades de la familia Planchart de forma exclusiva y personal, como una decoración adaptada a la arquitectura. En el interior eligió los muebles, objetos decorativos, e incluso artículos de uso diario, muchos de los cuales también fueron diseñados por él.
Lo que realmente me llamó la atención, es que esta vivienda está pensada para desarrollar todas las necesidades y caprichos de sus clientes. Esto debería de ser el principal fundamento de los diseñadores de hoy. Muchos, se alejan hasta alcanzar espacios atractivos pero fríos y poco funcionales.  Gio Ponti estudió la vida cotidiana de los Planchart, sus oficios e incluso aficiones, como la amplia colección de orquídeas que poseían desde hace ya algunos años.


        
Su búsqueda constante por crear un espacio único lo llevó a incluir piezas de arte de reconocidos artistas del momento: como venezolanos se encuentran Alejandro Otero, Jesús Soto y como internacionales Alexander Calder.

En definitiva,  mi gran admiración por el arquitecto Gio Ponti y está gran obra en mi ciudad natal se debe a su preocupación por la integración de la arquitectura en la naturaleza, diseñar objetos o espacios personales y alejados de la masas y sobretodo, moldear los interiores con obras de arte de carácter único y autóctono.
La villa Planchart es atemporal, lo fue en su momento y lo seguirá siendo por otras décadas. Muchos deseamos una casa que manifieste nuestros sentimientos y actitudes y esta, sin duda, es un gran ejemplo.