Un arquitecto italiano en Venezuela
“…Esta es mi profecía…Aquí en la felicidad del trópico, la arquitectura moderna florecerá bajo perfectas condiciones para ello. En otros lugares la arquitectura es un complicado refugio, una guarida sobre el terreno; aquí la arquitectura es un ala bajo la cual vivir en un Paraíso Terrenal"
El año pasado tuve la suerte de conocer junto a unos amigos arquitectos esta vivienda en Caracas. Nos hicieron un recorrido por la mayoría de las estancias. Una experiencia maravillosa en la que nos hizo trasladarnos a la sociedad venezolana de los años 50.
Justo meses antes me leí la novela de Boris Izaguirre Villa Diamante, basada en esta casa. Su protagonista, Ana Elisa sueña con perdurar en el tiempo a través de una casa que la haga eterna. Deberá convencer a un arquitecto del otro lado del océano para convertirla en símbolo de un amor empeñado en subsistir a pesar de la vileza y del miedo. Entre todos los grandiosos y humanos personajes de esta crónica dramática, se erige Villa Diamante, el monumento misterioso e impenetrable; el símbolo de una vida.
El arquitecto italiano Gio Ponti diseñó la Villa Planchart, una casa particular construida en las colinas de Caracas durante los cincuenta. Su vivienda es, sin duda, una cuidadosa relación entre arquitectura y paisaje, totalmente adaptada al terreno y con maravillosas vistas a la ciudad.
Ponti desarrolló todas las necesidades de la familia Planchart de forma exclusiva y personal, como una decoración adaptada a la arquitectura. En el interior eligió los muebles, objetos decorativos, e incluso artículos de uso diario, muchos de los cuales también fueron diseñados por él.
Lo que realmente me llamó la atención, es que esta vivienda está pensada para desarrollar todas las necesidades y caprichos de sus clientes. Esto debería de ser el principal fundamento de los diseñadores de hoy. Muchos, se alejan hasta alcanzar espacios atractivos pero fríos y poco funcionales. Gio Ponti estudió la vida cotidiana de los Planchart, sus oficios e incluso aficiones, como la amplia colección de orquídeas que poseían desde hace ya algunos años.
Su búsqueda constante por crear un espacio único lo llevó a incluir piezas de arte de reconocidos artistas del momento: como venezolanos se encuentran Alejandro Otero, Jesús Soto y como internacionales Alexander Calder.
En definitiva, mi gran admiración por el arquitecto Gio Ponti y está gran obra en mi ciudad natal se debe a su preocupación por la integración de la arquitectura en la naturaleza, diseñar objetos o espacios personales y alejados de la masas y sobretodo, moldear los interiores con obras de arte de carácter único y autóctono.
La villa Planchart es atemporal, lo fue en su momento y lo seguirá siendo por otras décadas. Muchos deseamos una casa que manifieste nuestros sentimientos y actitudes y esta, sin duda, es un gran ejemplo.